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Diario de color

CÓMO HA PASADO EL TIEMPO

CÓMO HA PASADO EL TIEMPO Pues valla como ha pasado el tiempo. Resulta que el curso de Periodismo Digital que hice encaminó mi carrera profesional en el mundo del periodismo. Hoy en día, trabajo en la Edición Digital de La Voz de Cádiz. Por si le quereís echar un vistazo la dire es http://lavozdigital.es. Y direís, ¿y cómo trabajando en un medio digital ha abandonado tanto su blog? Es que no me da tiempo de nadaaaaaaaaaaa.
Pero voy a tomar conciencia y a partir de ahora intentaré estar pendiente a Lluviadeideas. Tengo pensado algunos cambios de diseño y la inclusión de algunas secciones nuevas, pero bueno, ya los descubrireis poco a poco. Por ahora, eso es todo.

Del Camelot al Correo de Andalucía

Del Camelot al Correo de Andalucía Vaya dos días de locos que llevo. La vida me da empujones tan grandes que aún no sé en qué posición me deja. Ayer tuve que dejar mi trabajo en el parque infantil, qué pena, con lo que me gusta hacer reír a los niños pero es que la oportunidad de hacer prácticas en El Correo de Andalucía no se puede rechazar a la ligera. Teniendo en cuenta la situación actual de los periodistas no me lo he pensado dos veces.
Pero me encuentro rara. Hoy acabamos el postgrado de Periodismo Digital y ahora esto. Mi vida son cambios, cambios y más cambios. Menos mal que tengo a mi mami diciendome a todas horas que no me preocupe, que soy camaleonica y me adapto rápidamente a todo.
Pero bueno, el sentirse nerviosa por los posibles cambios es un sentimiento de lo más normal, creo.
De todos modos, ya iré viendo como van las cosas.

Erase una vez que se era,

Erase una vez que se era, Erase una vez que se era, una pequeña niña llamada Dalia. Esta extrovertida niña guardaba un secreto que la hacía tan especial cómo una amapola en medio de un trigal.
Mas que un secreto era un don que poseía desde que habitaba en el vientre de su madre. Su gracia consistía en conocer el secreto de la felicidad.
Dalia era generosa y compartía un poco de su magia con todos. Aunque bien sabía que sólo funcionaba con las personas predispuestas a escuchar, a ella no le importaba y se pasaba las noches rociando a sus amigos con polvo de estrellas para que se impregnaran de todas aquellas características que se necesitaban para ser feliz.
En una madrugada vestida de rojo, de esas en las que él cielo parece que va a arrancar a llorar de la risa en cualquier instante, Dalia decidió rociar a su amigo Julio con el polvo mágico. Llevaba tiempo pensando en aquella idea, quería inundar a su amigo en su mar de alegría para que pudiese ver el mundo desde el mismo prisma que ella.
Se acercó lentamente a su cama y vió como el dormía plácidamente. Llegó a estar tan cerca que compartieron por un instante el oxigeno que necesitaban sus pulmones. Sacó la bolsita azul donde guardaba el polvo de estrella y justo cuando lo salpicó en la cara..., él abrió los ojos y la miró. Julio vió algo en los ojos de Dalia que jamás había soñado ver.
Y desde aquel instante se consideró el hombre más feliz y afortunado del planeta.

Juegos en la noche de San Juan

Juegos en la noche de San Juan Un color: Azul
Una flor: La flor de loto
Una bebida: Zumo de limón
Una prenda: Pantalones
Un nombre: Leonor
Un verbo: Sentir
Un cuento: Alicia en el país de las maravillas
Un adjetivo: Único/a
Una fantasía: Tengo muchas, je,je.
Un lugar: Roma.
Una persona: Mi madre
Un momento del día: La noche
Un sueño: Vivir
Un sustantivo: Humanidad
Una frase: "No amar por miedo a sufrir es como no vivir por miedo a morir"
Un adverbio: Dulcemente

Tengo el piso lleno de globos

Tengo el piso lleno de globos Desde el primer pie que bajé de la cama (el derecho por supuesto) hasta casi dos horas después de las 12 de ayer fue un día genial. Maravilloso en todos los sentidos, me sentí querida, arropada, cuidada, me reí un montón y acabé con el piso lleno de globos.

Por la mañana, en el curso, todos me felicitaron. Además, a la hora like (11.15), momento en el que yo nací, llovieron los sms de mis amigas, el día prometía. Al trabajo, tres en una moto y pitándo a los niños, ¡que locas!. Por la tarde, en el parque infantil, mis compis me felicitaron y me regalaron cositas. Además los niños del parque (que eran muchos) y sus respectivos papis, me cantaron "cumpleaños feliz" con Camelot, ¡que verguenza!, pero me hizo mucha ilusión.

Y cuando pensé que ya todo había acabado, llego al piso y ... ¡sorpresa! todas estaban en mi piso. Las niñas del trabajo habían organizado una "fiestuqui" que no le faltaba un detalle. No podía dejar de estar allí mi amiga Bea, me encantó verla porque pensaba que no ibamos a poder estar juntas el día de mi cumple. Mi hermana, el novio, las velas, la tarta, el deseo, las fotos, una super tarjeta dedicada por todos, mi amiga Perla abriendo el champan... y muchos globos. Un sueño. Y cuando todo acabó aún me quedó un ratillo muy lindo que me reservo para mí.

Sencillamente un día inolvidable.

Sólo puedo deciros ¡Gracias a todos los que habeis tenido algo que ver en ello!

Conozco el tema

<b>Conozco el tema</b> Esta es la respuesta a "Conocemos quiénes son",carta al director en el Diario de Cádiz:

Don José Sánchez, yo, conozco el tema. Y como conozco el tema, me atrevo a opinar a los cuatro vientos que todo lo que expuso en su carta al director “Conocemos quiénes son”, publicada hace unas semanas, es producto de una lacra social que aún, en el siglo XXI está presente en muchos hogares españoles: la incultura.

Y no me refiero a tener o no unos estudios, sino a tener o no una educación, algo que humaniza y forma mucho más a las personas que los libros. En la educación está la clave, en un hogar estable y con un ambiente social favorable, donde se aprende y te enseñan día a día, a distinguir lo moral de lo inmoral, lo justo de lo injusto, lo leal de lo desleal… y miles de valores más que se afanan en promulgar unos buenos padres, como los míos afortunadamente.

Por todo esto, y no por casualidad, la mayoría de las veces narcotraficantes y toxicómanos provienen del mismo mundo, carente de valores humanos y respeto hacia los demás. Lo que los distingue, es fácil: en su lucha por la supervivencia los “listos” se hacen narcos y los “buenos” se enganchan a ese veneno para olvidar, a ratos cortos, lo injusta que es la vida al no haberles proporcionado a ellos esa educación de la que hablamos.

Están tan unidos estos dos horizontes, que incluso incomprensiblemente se llegan a dar dentro de las puertas de un mismo hogar. Mientras uno vende “caballo” y se enriquece, el otro consume su vida y cae en un pozo del que muy pocos logran salir.

Y aprovecho también para proclamar: ¡basta ya de hipocresía! Vamos a concienciarnos del problema social que estamos viviendo y a darle a cada uno las herramientas necesarias para que cambien el rumbo de sus vidas. El toxicómano es un enfermo que necesita ayuda y no un apestado, y el camello es alguien sin escrúpulos que necesita que alguien se los enseñe, no un nuevo rico.
Espero que esté de acuerdo conmigo. Simplemente, me he atrevido a opinar porque, conozco el tema.

MariSantos Jiménez

Un mundo muy singular

Un mundo muy singular He leido una carta al director en el Diario de Cádiz,titulada "Conocemos quiénes son", que me ha hecho reflexionar y he decidido responderla. La carta que me ha impulsado a hacerlo trata sobre un problema que sufrimos desde hace tiempo en mi pueblo "Alcalá de los Gazules" (Cádiz). Es la siguiente:

"Se pasean por nuestras calles con arrogancia, nos pasan por nuestras narices las últimas adquisiciones en vehículos a motor. En sus cuerpos lucen espléndidas joyas inasequibles para cualquiera que viva de su trabajo. Se construyen mansiones o adquieren vivienda con la misma facilidad que se compra el periódico en el quiosco de la esquina. No se les conoce ocupación que les aporte ingresos económicos suficientes para el nivel de vida del que hacen ostentación. A su paso despiertan la envidia propia del que, con su trabajo, apenas si llega para pagar la hipoteca.

Al final, sabemos, porque se trata de un secreto a voces, que son narcotraficantes. Y nos conformamos con preguntarnos, en voz baja, cuando serán descubiertos. Incluso, si se tercia, les saludamos amablemente. A algunos, para más inri, se les presta ayuda sistencial desde instancias públicas.

Por la otra acera deambulan otros seres. Con la mirada perdida, el rostro desencajado y una obsesión: como arreglárselas para conseguir la dosis que les detenga por un momento el maldito síndrome que los está consumiendo día a día. Se convierten en piltrafas humanas. Estos dilapidaron lo poco o mucho que tenían, se arruinaron y llevaron a la ruina a su propia familia. Por una dosis, son capaces de robar hasta a quien les está ayudando a sobrevivir. Sabes que son toxicómanos, enfermos, aunque les llamamos drogadictos.

A estos, sí podemos, les damos de lado, les esquivamos porque ya está bien de mantener a una persona, si les consideramos como tal, que no piensa más que en drogarse.

Vivimos inmerso en una sociedad hipócrita, y participamos de ello. De pronto, por los medios de comunicación nos enteramos de que han sido detenidos aquellos que hacían ostentación de riqueza. Y el comentario, en publico, y en voz alta, es unánime: ¡ya era hora!.

Sin embargo, no caen todos, algunos se libran, de momento. Conocemos quienes son, pero seguirameos saludándolos cordialmente hasta que actúen de nuevo los cuerpos de seguridad, entonces nos volveremos a congratular del suceso.
Con perdón, esto es una mierda.

DIARIO DE CÁDIZ. Cartas al Director. José Sánchez. Alcalá de los Gazules.